Alianza de civilizaciones

Como siempre "ha estao sembrao". Cuando medio mundo, el llamado civilizado, anda argumentando su defensa a la libertad de expresión, él dale que dale con una argumentación pobre y ambigua que a nadie ha convencido. Alguien que se tilda de "progresista" obviando defender un derecho inviolable en cualquier sociedad avanzada y criticando la publicación de las tristemente famosas caricaturas... el mundo al revés. Aunque no es muy de extrañar, este Rodríguez a menudo va al revés de la mayoría, algo que criticó durante su tiempo de oposición. Debe ser que el poder induce a quien lo ostenta a hacer y deshacer con los oídos tapados, sin escuchar la voz del pueblo. Dicen que eso fue lo que derrocó al anterior gobierno... Está claro: no aprendemos, y los demagogos que nos gobiernan menos.

Pero volviendo al asunto ¿a nadie le sorprende que se haya montado el revuelo que se ha montado con las caricaturas cuatro meses después de publicarlas? ¿Tanto tarda el correo en llegar a oriente? ¿Puede tener algo que ver con la reanudación de la carrera nuclear de Irán?

El mundo árabe anda revuelto, sí. Raro es el día que no nos desayunamos con algún rehén ejecutado, asaltos de embajadas, quema de banderas occidentales y otras lindezas. El fundamentalismo radical se extiende como una epidemia en el mundo islámico y cabe preguntarse porqué. ¿Puede tener algo que ver con la manipulación social que formulan sus dirigentes, con que es más fácil soliviantar a una masa necesitada que satisfacer sus necesidades? ¿Es una cuestión de control y poder?

El caso es que esta última revuelta parece ciertamente hipócrita. Cuando el mundo islámico radical está harto de hacer lo mismo, de mofarse del infiel (ahí están los trabajos del teólogo holandés Hans Jansen, las continuas provocaciones de una gran parte de su prensa, las salvajes ejecuciones de rehenes, los terribles atentados de Al Qaeda...), ahora braman cual bestia herida embistiendo a todos lados. Estas hordas radicales, que no atienden a razones, están prestos a alzar su mano contra occidente en un curioso paradigma. Odian al infiel, pero acuden a estos pagos para aliviar sus penas, emigran si pueden en busca del maná que en su tierra les niegan. Y llegan aquí sin concesiones, rara vez intentando adaptarse, creando ghetos en los que remedar su patria dejada atrás, chocando de frente con nuestras costumbres y sin ceder un ápice en las suyas. No parece el mejor camino para la integración. Cierto es que podríamos plantearnos si nosotros estamos haciendo lo posible para favorecer este encuentro pero parece que su disposición no es la mejor. Una tolerancia difícil de aplicar con quien no es tolerante: “¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío” (Sura 5, aleya 51)

Así las cosas, frente a actitudes totalitarias no admisibles en democracia, frente a las arengas de líderes radicales y salvajes, se echa en falta en nuestro país una actitud clara e inequívoca de solidez en las convicciones y de defensa de esos valores democráticos. Alguien debería transmitir a este mundo radical que ése no es el camino y que somos nosotros los que no vamos a ceder un ápice a sus chantajes, que lo nuestro nos ha costado llegar hasta aquí. En vez de esto, el presidente de nuestro gobierno sigue apostando por cartitas absurdas, ambiguas y estériles, por su alianza de civilizaciones, por acariciar a la bestia rabiosa... Qué mal trago debe estar pasando, el pobre, sacó a las tropas de Irak apresuradamente y ahora queman nuestra bandera el mismo día de su guiño en la prensa.

Hace unos días escribía sobre los nacionalismos excluyentes y hoy puedo acabar casi de la misma forma. No me importan las ideas que cada uno defienda siempre que lo haga con respeto hacia los de enfrente y siempre que únicamente utilice como arma contra ellos la lengua o la pluma. Entiendo que la libertad religiosa ha de ser compatible con la libertad de opinión. Igual que no me parecen tan graves las caricaturas, también afirmo que yo nunca las hubiese publicado, simplemente por respeto y porque no existe la necesidad de frivolizar con las creencias religiosas ajenas. Anda que no hay temas que caricaturizar sin tener que meterse en estos charcos...

Mars Upial