¡No me pegues, género!
La pseudoizquierda pseudoprogre de este pseudopaís está resultando realmente perniciosa. Sus intervenciones populistas, siempre dirigidas a ponerse medallitas y a aparentar en vez de hacer, consiguen resultados como el de la noticia. En vez de enfrentarse al problema real de la desigualdad, en vez de procurar que hombres y mujeres sean idénticos en el mundo laboral propiciando el acceso de la mujer a puestos de decisión y responsabilidad, igualando sus sueldos a los de los hombres, en vez de intentar medidas reales, nuestro glorioso gobierno decidió sacar adelante una ley que propiciaba más desigualdad.
Cierto es que el maltrato del hombre hacia la mujer, físico o psicológico, es deplorable y, por supuesto, perseguible. Pero no es en absoluto distinto ni menos deplorable o perseguible del que una mujer puede ejercer sobre un hombre. Entonces ¿por qué debemos establecer diferencias? Si queremos acabar con las agresiones y muertes habrá que intentar atajar el problema pero entiendo que creando una discriminación positiva a favor de la mujer no vamos a conseguir absolutamente nada. Quien cometa un delito habrá de ser perseguido por ello pero no deberá pagar distinta factura en función de lo que le cuelgue o no de la entrepierna. La igualdad se consigue igualando (perogrullada, sí) pero nunca favoreciendo por compensación a quien hasta ése momento se consideró perjudicado. ¿Se conseguirá entonces que se haga justicia beneficiando alternativamente a mujeres y hombres? ¿Cuánto tiempo durará el período a favor de cada sexo? ¿Y en qué lugar colocamos a travestis, homosexuales, lesbis, trans...? ¿O es que ellos/as/es no pueden ser agredidos/as/es o agresores/as? Ay, ay, ay...
La justificación de la protección al débil tampoco me vale. Por varios motivos. Si estamos hablando de fuerza física, el tema es difícil de atajar. En nuestra especie, como es general en los mamíferos, la diferencia entre macho y hembra está muy bien definida y la fuerza física es mayor en el primero salvo llamativas excepciones. Esta cualidad queda impuesta por la Naturaleza y resulta difícilmente legislable el mal uso que se pueda hacer de la misma. Pero si no nos referimos a la fuerza física y sí aceptamos que la mujer es débil frente al hombre, estamos asumiendo que, en nuestra especie, la hembra ocupa un lugar inferior al macho y yo no estoy dispuesto a ello. Esta asumida debilidad no se ataja dándole palos al fuerte, sino propiciando medidas para que esa desigualdad desaparezca. En ambos casos se trata de una cuestión de educación.
A nuestro gobierno se le rompió el bombo y dobló el platillo de tanto usarlos para anunciar una ley que propicia absurdos como este. Ya podrían dedicar sus esfuerzos a solucionar de verdad los problemas de los ciudadanos y no a la publicidad, cosa que, por otro lado, dominan estupendamente. Y ¿se le ocurre a alguien una gilipollez más gorda que eso de la "violencia de género"? ¿ A alguien le ha dado alguna vez una colleja el género? ¿Cuál de ellos? Anda que...
De otras leyes hablaré otro día, que hoy ya no tengo ganas. Hala.
Mars Upial.